Reflexión

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Reflexión ético - moral

Ética y moral, dos términos que se relacionan tanto en la teoría como en la práctica, dos conceptos que durante todos los tiempos de la historia se han unido para hacer pensar, reflexionar y actuar a los seres humanos sobre lo que debe hacer y las normas que debe seguir para alcanzar los objetivos de su existencia.

Las personas han sido creadas con amor y con un propósito que marca todas las dimensiones de la vida, que gira en torno a ellas y que se convierte en el punto de partida, al nacer y, en el punto de llegada, al morir.  La moral se relaciona con las dimensiones cognitiva, emocional, espiritual, social, personal, sexual y física.

Moral vs dimensión cognitiva: mediante la elección de lo que cada uno cree que debe y necesita conocer, entre lo que está bien o mal aprender, más aún, en esta época en la que todo el conocimiento está abierto en las diferentes publicaciones que existen.

Moral vs dimensión emocional: Las emociones y sentimientos se presentan según el tiempo y las acciones que vive cada persona; moralmente se relacionan, ya que cada quien elige su forma y modo de actuar, lo que permitirá experimentar las emociones que crea conveniente.

Moral vs dimensión espiritual: Existe una estrecha relación entre la moral y la dimensión espiritual, ya que son temas muy subjetivos que nos acercan o nos aíslan de la supremacía divina.

Moral vs dimensión social: Es en la dimensión social donde se refleja la moral de cada persona aquí en la tierra, en este mundo donde las acciones son visibles y donde la ética interactúa para hacernos reflexionar sobre nuestro diario vivir.

Moral vs dimensión personal: Los pensamientos y la conciencia juegan un papel muy importante entre la moral y la dimensión personal, ya que es la conciencia nuestra voz interna que nos indica o recalca sobre el bien o el mal que hemos hecho.

Moral vs dimensión sexual: En la edad contemporánea en la que nos encontramos, la dimensión sexual se ha ampliado en su concepto, en sus características y en sus diferentes formas de expresión, amplitud, que en muchos casos, traspasa las barreras de lo permitido y de lo normal para hacer de esta dimensión su opuesto a la moral.

Moral vs dimensión física: El respeto y los cuidados del cuerpo humano, que desde los orígenes de Adán y Eva y de todas las generaciones que han existido, han ido cambiando y han dado centenares de giros que han posicionado la estructura física como un objeto y no como un templo divino.

Desde la niñez hasta la edad más adulta se sigue una ruta delimitada por la moral,  una ruta que tiene muchos caminos que equidistan entre lo permitido y lo prohibido, entre lo divino y lo humano, entre lo que se debe y no se debe hacer, entre la felicidad y la tristeza, entre la paz y la guerra, entre el bien y el mal.

El eudemonismo de Aristóteles afirma que el fin último del hombre es la felicidad y la define como una actividad del alma conforme a una virtud perfecta.  Considero que es un planteamiento muy cierto y hecho en una época del tiempo muy diferente a la edad contemporánea, teniendo en cuenta que hoy en día la humanidad busca la felicidad lejos de las virtudes y enfocada más a lo elemental y no a lo verdaderamente esencial de los seres humanos.

A medida que ha venido pasando el tiempo y que las generaciones han cambiado y se han modernizado, el cuerpo, el alma y, en general, la persona en sí y en su totalidad, ha disminuido su nivel moral, se ha olvidado de reflexionar sobre su existencia en la tierra y el futuro que hay después de la muerte.  Pocos actúan pensando en el más allá, la mayoría vive el presente y el mismo mundo globalizado y tecnológico lo ha encerrado y le ha hecho creer que la plenitud se encuentra en la tierra y en lo que aquí se encuentra.

Según la historia, antiguamente la ética de Kant tenía más aplicación que la que tiene en la edad contemporánea, por su forma de pensar, actuar, por su organización y modo de vivir de las anteriores generaciones.  La ética Kantiana se estructura en torno al principio de actuar conforme al deber, el cual se determina en función de criterios estrictamente racionales.  Si analizamos la sociedad moderna en cada uno de sus componentes, es fácil darnos cuenta que casos en los que se actúe conforme al deber son muy pocos, ya que hoy predomina mucho el facilismo, la descomplicación, el placer, la desorganización, la falta de compromiso y el desinterés frente a la vida misma.

Todo cambia y todo me cuestiona, ya todo gira en torno de la globalización, pero uno de los temas que más me cuestiona es ver la fragmentación en los núcleos familiares, las nuevas generaciones están a cargo de abuelos, tíos o personas particulares que no brindan ni el afecto ni la formación que necesita todo ser humano en sus primeros años de vida.  Esta es la raíz de todos los problemas que vivimos hoy en día, tales como la drogadicción, la prostitución, el alcoholismo, el lesbianismo, embarazos a temprana edad,  enfermedades de transmisión sexual, el hurto frecuente y la intolerancia que está acabando con las relaciones sociales, con la moral y con los principios fundamentales de Dios y de la vida.

Si cada persona hiciera un análisis pequeño, pero profundo de la realidad que hoy en día vivimos, respecto de los efectos de la globalización, de los cambios que han sucedido y de los que vendrán, seguramente entenderíamos que la globalización está ligada en gran medida con la explotación, es decir, globalización vs explotación.  explotación de la persona en sí y en su totalidad, de su conocimiento, de sus necesidades, de su dignidad humana, de sus actitudes y aptitudes, de sus relaciones personales e interpersonales, de sus valores, de su familia, de su proyecto de vida y de su propia moral.

En alguna ocasión leí en un artículo que los colombianos y, en su mayoría, los latinoamericanos vivimos hoy con lo que ganamos ayer, lo que significa que si hoy no hay trabajo, mañana tendremos que vivir con más necesidades de las que vivimos en el día de hoy.  Es cruel, pero es real y es la realidad que viven o, mejor dicho, vivimos el 95% de los hogares, realidad que nos coloca las necesidades básicas de todo ser humano como un gran sueño por alcanzar, como si alimentarnos, vestirnos, estar sanos y seguros, educarnos y tener un trabajo garantizado, con buenas condiciones, fuera un gusto que nos quisiéramos dar y gozar.

Nos queda el camino de la educación para cambiar la historia de esta y de las nuevas generaciones, es hora de afianzar los procesos educativos relacionados con los valores, la vida espiritual y moral y el comportamiento en los diferentes escenarios, desde preescolar hasta la universidad y continuarlos en las empresas como procesos de educación laboral y entender que todos somos parte del problema y parte de la solución.